martes, 18 de octubre de 2011

A falta de lomo... de todo como

18.10.2011. Tras las malas sensaciones de la semana pasada, decido pasar toda la semana sin correr, y mañana el fisio me dirá cuanto tiempo tengo que estar si correr. Así que hoy decido ir a nadar. Como tengo mucho trabajo intento ir al medio día, por lo que como muy rápido me subo a Pamplona y para las 14:30 ya estoy en el agua. No quiero forzar para nada el tren inferior, por lo que nado desde el principio con el Pull-Boy. Estoy solo en la piscina, muy a gusto (ya tenía ganas de hacer algo, que llevo desde el viernes parado) y hago 1.000 metros seguidos. Cuando me paro viene el socorrista (parecía que sabía de lo que hablaba) y me dice que hago muy bien la fase de entrada de brazo en agua, pero que se me tuerce mucho, así que el resto del entreno estoy intentando mejorar ese punto. Termino el entreno con 2.000 metros y sin mucho cansancio.
Seguiré nadando todo este tiempo...


TECNICA DE PULL-BOY.

El pull-boy vuelve a ser, en la mayoría de sus aplicaciones, un material que nos facilita el nado. Esto se debe a que modifica nuestra capacidad de flotación mejorándola, puesto que al usarlo (se pone entre los muslos, en su parte más proximal) conseguimos una mejor horizontalidad del cuerpo. Aunque no siempre es así. Veamos algunas aplicaciones:

  • Corrección de piernas separadas: un error bastante común en el nado de crol que provoca que por detrás se cree un efecto de nado contrarresistido: las piernas se abren demasiado, perdiendo la línea media del cuerpo, y generan un efecto de paracaídas. Esto hace que gran parte de la propulsión que estamos consiguiendo con cada brazada quede frenada por este movimiento incorrecto del batido de pies. Poniéndonos el pull-boy podemos mantener las extremidades inferiores más cercanas a nuestro eje corporal, favoreciendo que todos los movimientos que reproducimos queden próximos a nuestro cuerpo (menor resistencia al avance).
  • Trabajo resistido de brazos: este sólo se consigue si quien usa el pull lo hace para evitar el movimiento de los pies y no para contrarrestar ninguno de los “puntos débiles” anteriores. Entonces el trabajo propulsivo pasa a centrarse en la acción de los brazos, insistiendo en una mejor y mayor aplicación de la fuerza y técnica en la fase subacuática para conseguir avanzar a velocidades similares al nado completo. Es aquí cuando se dan ganancias en el trabajo de resistencia muscular de las extremidades superiores. Siguiendo esta misma intención, podemos usar el pull a modo de pala (mirad este vídeo) pero sólo lo recomiendo cuando se cuenta con dominio medio de la brazada y de la acción de codo alto bajo el agua (fase de agarre y tracción).
  • Control de la musculatura estabilizadora del tronco (Core): cuando nadamos con el pull provocamos bastante desestabilidad corporal, en especial sobre la cadera, porque añadimos una nueva fuerza (la del pull) que nos empuja hacia arriba mientras nadamos. Con ésta resulta más difícil controlar el movimiento de rolido (balanceo de los hombros) por lo que la musculatura de la faja abdominal-lumbar debe fijarse mejor para que no vayamos nadando haciendo eses. Lo mismo ocurre en la corrección de piernas separadas, hace que debamos fijar mejor la musculatura del Centro o Core para que el cuerpo trabaje más compacto y pueda aplicar mejor las fuerzas propulsivas.

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