"La puerta del Infierno", con todo el equipo. |
25.05.2011. Hoy tras un día de reflexión puedo hacer una valoración del viaje al Giro de Italia:
El miércoles día 18 quedamos en Corella el Chano (compañero de equipo de Merino en el Beton), Alberto Báncora (antiguo compañero del Beton) y Luis (amigo de Alberto). A las 18:00, y después de haber ordenado todo salimos hacia Italia. Después de 20 horas de viaje, con algún incidente y bastante cansancio llegamos a Spilimbergo. Un bonito pueblo del norte de Italia, en el que se iba a dar la salida a una etapa del Giro al día siguiente. Llegamos, nos preparamos algo para comer, y lo primero que hacemos es salir con la bici.
Que ganas de dar una vuelta por semejantes paisajes. Nos vamos Alberto, Luis y yo, ya que Chano no quiere ir tan rápido que tiene dolor en la rodilla.
El Chano y nuestra caravana |
Tras una vuelta que ya comenté, llegamos a la caravana, nos cambiamos y a dar una vuelta por el pueblo, ya que parece que hay jaleo. Es increíble el ambiente que se prepara en una salida del Giro. Todo el pueblo por la calle, sin prisa, con todos los escaparates con motivos del Giro, restaurantes llenos, puesto y una gran carpa donde se sirve comida, cerveza y una conjunto para animar la noche (esto no pasa en la vuelta de España ni de lejos). Cenamos, un par de tragos y sin pensarlo dos veces, nos vamos a la cama que si no se lía la noche.
El día siguiente nos despertamos con un sol de justicia, ¡qué mejor noticia para ver la salida de la etapa! Quedamos con Javi para verlo antes de la salida y nos entrega el libro de ruta (gracias Javi, sin el hubiésemos estado perdidos) y nos da los pases VIP para la zona de firmas.
Menuda sensación, estar dentro del vallado de la organización con todos los corredores alrededor, los fotógrafos, los directores, etc y nosotros allí con la boca abierta todo el rato. Tanto fue el atontamiento que nos entró, que se nos hizo tarde para irnos con la caravana y ya no pudimos ir por delante de la carrera, por lo que no pudimos llegar a la meta. Una pena, pero visto que no íbamos a llegar, fuimos directos a la “base del Zoncolan”. Llegamos a Ovalo y tras aparcar y prepararnos, damos una vuelta a ver el pueblo. De nuevo un ambiente espectacular. Todo el pueblo en la calle, cenando por ahí, con un conjuntos, más o menos decente, y en donde se respiraba ciclismo por todos los lados. Pronto me iría para casa (que el cansancio hizo mella), aunque mis compis se quedaron hasta altas horas.
En la Cima del Zoncolan |
Esto quiere decir que al día siguiente solamente me levanté yo a subir el Zoncolan. Me levanto, desayuno y sin pensármelo (tenía que habérmelo pensado) me pongo a subir la bestia. Mientras la subida otra vez es increíble la cantidad de gente que hay. Todo el rato ciclistas subiendo, gente que sube andando con toda la familia, tiendas de campaña, caravanas, etc. La llegada a la cima me puso la carne de gallina, ya que sales de un túnel y te encuentras la ladera con las últimas curvas de la ascensión. La foto de rigor, un mirada fija para gravar la imagen en la memoria para siempre y bajada hacia la realidad.
Ya en el pueblo preparo la comida y tras una rápida ingesta nos subimos de nuevo al Zoncolan, pero esta vez andando. La paliza es grande, y eso que solamente subimos 6 kms de los 10 del puerto.
La sensación de estar viendo la subida, de ver a la gente animar, de poder oler el sufrimiento de los ciclistas y sobre todo de ver al Aramendía pasar por un sitio tan mítico no lo puedo explicar. De repente todo pasa y como si la naturaleza nos quisiera echar de su lugar, empieza a llover muy fuerte, por lo que toca correr 6 kms al pueblo. De nuevo palizón para bajar.
Después de la pertinente ducha toca coger la caravana e ir hasta la salida del día siguiente, Conegliano. Tras varias vueltas, percances y errores llegamos muy tarde, por lo que cenamos y nos vamos a la cama, que el día siguiente iba a ser muy largo.
Cima Copi |
El día siguiente amanece, como todos los días, muy soleado. De nuevo vamos a la salida con nuestros pases y de nuevo nos metemos con los ciclistas. Rápidamente después de la salida nos vamos hacia la “Cima Copi” (cima más alta del Giro).
Aparcamos en la base, nos cambiamos y subimos. Arriba nos espera una paisaje muy bonito, lluvia, frío y unos Italianos muy majos que nos dan de beber, comer y un techo para la lluvia. Vemos pasar la carrera, con la alegría de ver de nuevo a Javi bastante adelante. Bajamos el puerto y cogemos la caravana para volver a casa. Tras 20 largas horas de viaje llegamos con el cuerpo magullado del viaje y una nueva experiencia vivida.
¡QUE GRANDE ES EL GIRO!
Javi en el Paso de Giau |
Vista desde el Zoncolan |
Javi coronando el paso del Giau |
Espectacular salida en Spilimbergo |
Rampas entre el 15-20% duranre toda la subida. |
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