viernes, 1 de noviembre de 2013

Poco que contar

Estas semanas tengo poco que contar, y es que tengo el cuerpo un poco magullado y no puedo hacer mucho.
Desde el IronMan no he cogido la bici ya que siento unas molestias en la rodilla que me recuerdan a una lesión que tuve hace unos años (tendinitis) y que me hizo estar un año parado, por lo que la estoy curando con mucho mimo y sin hacer ningún exceso.

No puedo nadar por un tattoo que me hice y que está curando, así que otra cosa menos. Poco tiempo estaré así ya que lo tengo casi curado y tengo ganas de empezar con la natación.

Y corriendo... pues después de la carrera de montaña de Unzué estoy jodido, buagggg tengo los dedos de los pies muy doloridos, creo que se me caerán tres uñas, un par de ampollas que poco a poco se me van curando y los cuadriceps con agujetas, así que esta semana he salido dos días a trotar y a los 20 minutos vuelta a casa. Tendrá que ser así.
Así tengo los pies, dan pena.

01.11.2013. Tras una semana con un poco de agobio en el trabajo, necesitaba algo de "espacio", así planifico una ruta que tenía muchas ganas de hacer, Goñi, Peña de Goñi, Sierra de Andía, para acabar en la ermita de los Santos Donatos y vuelta.
Goñi, tantas veces subido con la bici.
Conforme llega el día me voy animando ya que empieza el frío y eso me motiva para ir al monte. Pese a que tengo los dedos de los pies para pocos trotes necesito está salida y ahí que voy.
Primeros tramos por le bosque.

Llego pronto a Goñi, y empiezo la salida. Los primeros 4 kms son duros ya que se ascienden 350 mts de desnivel y al ser de salida cuesta coger ritmo.

Coronando la Peña de Goñi.
Corono la Peña de Goñi y de ahí hasta la Sierra de Andía todo picando para arriba pero con una pendiente baja, por lo que es el tramo más "corrible" de toda la salida.
Buff que lejos parece que está
Cuando llego a la Sierra ya es más difícil correr ya que hay mucha piedra y la pendiente es mayor, aun así no para de correr en todo el rato, ritmo despacio pero constante. Y lo mejor del día viene en la ascensión a la ermita, desde abajo es muy bonito el recorrido y aunque tiene pendiente casi no me cuesta esfuerzo, el mayor problema es el fuerte aire que sopla de cara, el frío no lo siento ya que mi pulso va alto.

Camino a la ermita
Y arriba las vistas son para quedarse todo el día mirando, me siento en el punto geodésico a admirar el paisaje y sacar una fotos y vuelta a casa.









Pongo muchas fotos porque todas merecen la pena.

Son 13 kms de bajada, que es donde peor lo paso y es que tengo los dedos muy doloridos de la última carrera y casi no puedo correr, así que tranquilidad y me dedico a andar casi toda la vuelta a casa. Es irónico, cómo en donde más se disfruta (bajando y corriendo) no pueda hacerlo por el dolor, pero aun así llego a Goñi más contento que unas castañuelas.

Desde la ermita de los Santos Dontos, me he quedado mirando al otro lado del valle, hacia San Miguel de Aralar... Tantas veces en el otro lado observando la Sierra de Andía y ahora estoy aquí. Me hace pensar en lo que estoy evolucionando, en lo que antes era el final ahora es el principio y que cada día me gusta más esto. #deporteynaturaleza
Ese pico de ahí es San Miguel de Aralar. ¡Mi ruta preferida!

Termino dolorido aunque poco cansado con 25 kms, más de 1.400 mts de desnivel positivo. Me ha costado más de 3:20 horas, que es mucho, aunque he andado bastante. Creo que el tipo de terreno es similar al que te encuentras en la Zegama-Aitzgorri, por lo que si algún año tengo suerte de coger dorsal haré muchos entrenamientos por aquí.












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